La interculturalidad: presencia y ausencia en la universidad pública colombiana

Autores/as

  • José Daniel García Sánchez Fundación Universitaria del Área Andina

DOI:

https://doi.org/10.18316/1356

Palabras clave:

Interculturalidad, Educación superior, Dialogo crítico, Innovación

Resumen

La presente investigaciones resultado de las demandas y luchas de la gente. Autores contemporáneos como Medina Revilla (2006) afirman que la interculturalidad también, “es algo más: parte de una tendencia y estrategia regional como global de inclusión reflejada en las políticas estatales y promovidas por organizaciones transnacionales, con fines de apaciguar la oposición.” Estas políticas ya globalizadas, se basan en el reconocimiento, la inclusión e incorporación de la diversidad cultural, no para transformar sino para mantener. Según este punto de vista, la interculturalidad se analiza desde tres perspectivas: la relacional, la funcional y la crítica. La perspectiva relacional se refiere básicamente, al contacto entre culturas, es decir, entre personas, prácticas, saberes, valores y tradiciones culturales distintas, los que podrían darse en condiciones de igualdad o desigualdad.  La verdad y la paz tienen una hermana, la paciencia, cuya compañía es agradable como necesaria: vivimos en una Colombia en que la gran mayoría de colombianos nos comportamos bastante mal con: la familia, la compañera, el amor, el otro, y sobre todo con las minorías afro-indígenas y no nos reconocemos en el indio ni en el afro que tenemos en nuestra mezcla; estos pueblos milenarios lo que si tienen como su gran riqueza es “la paciencia del guerrero”. Sin moverse, escuchan y con avidez se concentran en la acción, vigilante, esforzada, modesta, e interesada de verdad en oír “a la pacha mama”. Lo que ha significado algunos pasos atrás, en sus luchas socio-históricas y políticas. El espíritu tutelar cósmico de una verdadera ontología social con la cual podríamos concretar un acuerdo para así poder vivir juntos. La interculturalidad crítica,  es una opción educativa, formativa para las libertades, educar para más de lo mismo es negar la esencia de la interculturalidad; la universidad está lejos de potenciar esta dimensión, a los profesores y directivos no les interesa este discurso de la acción, esto es llamado mimetismo. Los contextos  plurales  son el nuevo  escenario de América Latina; el mundo nos ve así, aquí la riqueza es a borbotones, pero la exclusión es la respuesta de todos -inclusive  de nosotros – maestros y doctores. Sentar las bases de una nueva realidad es tarea de la universidad pública, con verdaderas autopistas de saber intercultural y, no más como remedo de doctorados y maestrías, calcados de los europeos.

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Publicado

2014-03-07

Número

Sección

Em foco